Aprendizajes de un burnout - parte II
A tan sólo días de aquel llamado, me encontraba en el quirófano de un hospital en Buenos Aires para ser intervenido quirúrgicamente.
Me habían diagnosticado un papiloma en las cuerdas vocales y lo aconsejable era eliminarlo por completo.
La locura era tal que a las 72 hs estaba en un avión con destino a China. Había que resolver el problema y no se podía ejecutar vía email. Había que estar, negociar y enfrentarse a la realidad.
La única alternativa que ponían en la mesa los chinos era transferirles $500k USD para agilizar la producción y poner gran parte de la mercadería en avión.
El dinero apareció, pero el año estaba recién comenzando.
El 2015 venía recargado: lanzábamos la primera tienda minorista propia en Barcelona, se relanzaba la tienda online, expansión con franquicias, resolver una demanda de un ex colaborador y salir a contratar a un CEO.
El broche de oro fue en diciembre. Un sábado en Palo Alto, Barcelona, las sirenas interrumpieron la calma de los vecinos para apagar un piso entero en llamas La cafetera de la oficina entró en cortocircuito y se incendió por completo. No teníamos seguro.
Durante el 2015 y el 2016 ingresé 5 veces al quirófano. 5 cirugías consecutivas para eliminar un papiloma que no paraba de resurgir.
Mi físico me daba señales obvias. No las quería ver.
La otra consecuencia que me provocó el estrés fue la pérdida de memoria. Esto sin duda me generó aún más estrés. No lograba recordar el nombre del restaurante donde había almorzado ese día.
El listado continúa: mal humor en casa, ansiedad y la sensación de estar “cansado de estar cansado”.
Si bien gran parte de este período tuve la ayuda y soporte de un psicólogo, el proceso de un burnout es muy difícil de reaccionar, porque es lento, muy lento; y el autoengaño de que uno tiene la situación bajo control.
Estos son mis aprendizajes del proceso:
Los planes siempre se pueden frenar. Y no pasa nada. Tenemos la equivocada ilusión de que seguir tirando para adelante es la única vía para que tu proyecto sea exitoso. Frenar es sanador.
Rodearse de “extraños”. Tus amigos, pareja, familia o mentores les será difícil ayudarte porque intentarán “cuidarte”, y a veces lo que necesitas es que un externo te pegué un punch en la cara. Y directo en la nariz. Que duela.
No eres Batman, ni a nadie le interesa si lo eres. El ego es un factor importante en la búsqueda de dar vuelta una amarga situación, pero te hundirá al fondo. Al final te das cuenta de que a nadie le importa tu proyecto. Les importas tú, y nada más.
¿Cómo me curé del papiloma? ¿Cómo terminó la historia de paez?
Tal vez en otro post 😉