Confesiones de un viejo capitán 🧑✈️
Son varios los meses los que necesitas para aprender a navegar un barco o a pilotear un avión.
Comienzas por los principios. Aprendes todos los fundamentos básicos, desde como funciona el viento hasta como ubicarte en un punto específico del globo terráqueo. Aprendes de motores, de señalización y matemáticas.
Te forman a la “vieja escuela”.
Unas semanas antes de finalizar el curso te dicen:
OK, ¿ves este botón? Se llama piloto automático. Si lo presionas, puedes gestionar el vehículo de forma 100% automática
En ese momento puedes que te sientas algo tonto:
¿Todo esto que aprendí de memoria lo puede hacer una computadora?
Pero al tiempo entiendes el porqué.
Y funciona. Con filosofía te preparan desde el primer día a operar con los instrumentos básicos, como si fuese 100 años atrás.
Sin embargo, el mundo actual parece que va en la dirección contraria. Queremos hacer todo con el piloto automático. Nos salteamos los pasos, buscamos los atajos o queremos aprender sin entender los fundamentos.
El problema con este enfoque es que cuando las cosas no salen, entramos en pánico.
Como diría Ray Dalio en su libro Principios: “Sin dolor no hay progreso.”
Y sin progreso... ni viajes ni mediterráneo 😉