Estamos de vuelta 💃🏻
En los últimos años, muchas empresas y marcas fueron hábiles en montarse sobre plataformas como Facebook e Instagram y llegar con su mensaje (Ads) a ciento de miles (o literalmente millones) de potenciales clientes.
Bajo este modelo de distribución, la esencia o autenticidad de la marca no importaba. El objetivo para tener resultados era diseñar y ejecutar la chispa, ese mensaje capaz de robar nuestra atención en un segundo y que nos lleve a hacer clic.
El marketing de performance dominó el mercado, dejando en segundo plano a los creadores de valor de largo plazo.
En esta gráfica, Wes Kao lo pone bien clarito.
Pero algo está cambiando. A medida que empezamos a tener un mayor control de nuestra privacidad y datos, el modelo de negocios basado en clics baratos comienza a debilitarse.
El “hagamos lo que sea para vender y convertir” empieza a verse como un signo de debilidad.
Esto no implica que el performance marketing ha muerto. Para nada, pero evolucionará hasta ponerse de novio con los creativos de marca.
Es una buena noticia para los emprendedores, creativos y bootstrappers que creen en el valor de crear negocios a largo plazo.
Es una mala noticia para los “vendedores ambulantes” de internet.
Salud a todos. Pinta que volvemos a la normalidad.